Y aquí estoy, una noche más, recuperando mi blog. Y alguno se preguntara... ¿y porque ahora? Pues bien, la respuesta en el fondo es sencilla. Por fin tengo un contrato de educadora social para un año! ¿Y eso que tiene que ver? Deberías tener menos tiempo, ¿no? Pues curiosamente no, ahora me toca currar muchas noches, pero muchas muchas, así que... ¿qué hacer con mis ratos muertos en vela? Ahora si que queda clara la respuesta ¿no?
Y bueno ya puestos en el tema os cuento un poquito de que va el asunto, para los que todavía no os habéis enterado de la misa la mitad, sin entrar en detalles obviamente, porque tengo que cumplir con el código deontológico.
En San Fermines empecé a trabajar para una empresa llamada Xilema. Empece con contratos muy cortos, de semanas o incluso días sueltos sin más. Esta empresa se encarga fundamentalmente y de forma amplia de la protección de la mujer y el menor. Luego ya en lo concreto existen diferentes recursos según la necesidad que se haya visto. Con lo que yo concretamente en San Fermines empece en un recurso de acogida residencial especializada, es decir, un piso con chicos que requerían un trato digamos más especial por sus características personales y por su trayectoria de vida. Era un recurso especialmente conductual, con unas normas muy claras y básicas que había que seguir, un planning totalmente estructurado y un acompañamiento total al menor, sin dejar ni un minuto a la imaginación. Lo que se dice un sota, caballo y rey.
El segundo recurso al que fui llamada fue El Centro de Día. Como su propio nombre indica, era un recurso solo por unas horas del día. A este recurso acudían menores con alguna problemática familiar, en la que el menor digamos que tenía un respiro, se le ayudaba con los deberes, se les daba unas pautas de comportamiento, salud, higiene, bastante básicas, y se jugaba con ellos.
El tercer recurso que visite fue el Centro de Observación y Acogida. Este en concreto es un recurso de Urgencia. Es tal vez el más difícil de explicar. A este centro acuden niños que necesitan ser acogidos temporalmente con total urgencia por la situación familiar en la que se encuentran. Es digamos la atención más inmediata de Xilema, el primer recurso por el que todo menor en riesgo de desprotección pasa. Este centro es puramente emocional. Son menores de 0 a 16 años. Y lo que necesitan es un acompañamiento y un apoyo increíble, todo el cariño que se les pueda dar es poco, y tu también recibirás a cambio sin duda. Es el que más experiencia me ha dado hasta ahora porque es un no parar desde el primer segundo en el que cruzas la puerta. Una compañera me enseño una conducta muy valiosa para ese recurso: "Siempre que veas la oportunidad de sentarte, no lo pienses, hazlo, porque nunca sabes cuando tendrás otra oportunidad". Y también me he llevado más que experiencia, me he llevado un corazón inundado de emociones, inundado de cada uno de esos niños. A más de uno me lo hubiese llevado a mi casa.
Y ahora, estoy en el que es mi contrato de un año, en un Hogar Funcional de Menores. Este recurso es un piso de larga estancia en el que viven menores que por circunstancias diferentes sus familias no pueden atenderles adecuadamente. Y aquí es donde voy a estar un año, trabajando fundamentalmente de noches y de tardes. Me hace gracia el no tener que madrugar para ir a trabajar porque...Madrugar es cruel. Pero es cierto que me voy a perder muchas noches sin dormir con mi churri, y eso... pues jode un poquito más, pero bueno, existen muchas posibilidades de quedarme fija por lo que sé, así que no me voy a quejar ni un ápice, porque esto me puede dar la vida!
No hay comentarios:
Publicar un comentario